lunes, 26 de noviembre de 2012

MADOJAZZ

El viernes pasado fuimos a uno de nuestros locales preferidos en Ciudad del Cabo: el Alma Café. Buena música, buena comida y excelente ambiente.

Tocaba un grupo llamado Madojazz. Son demasiado buenos para no compartirlos.


Madossini Motokali canta y toca varios instrumentos tradicionales Xhosa, entre ellos el arco llamado Mhube, que deriva de los arcos utilizados por los bosquimanos para cazar. ¿Cómo puede producir música? Es casi un milagro. La boca es la que actua de resonador y va variando la vibración golpeando la cuerda del arco. Para escucharla y dejaros embrujar un rato podéis pinchar AQUÍ

Junto a ella está Pedro, the music man. Pedro es directamente genial. Le conocimos hace una semana, aunque habiamos oído hablar mucho de él. Es cuentacuentos y músico. Toca y construye un montón de instrumentos, algunos muy básicos, pero sabe arrancarles la música más extraordinaria. Por ejemplo, ¿os imagináis tocar una flauta sin agujeros? Sí, sí, un simple tubo que curvas y tapas por un lado o por otro: AQUÍ lo tenéis.

En el concierto en el que estuvimos tocaron otros dos músicos: teclado y percusión. La combinación entre instrumentos tradicionales y modernos era tan perfecta como original. De verdad, magníficos.


miércoles, 21 de noviembre de 2012

LESOTHO

Hace tan solo una semana volvimos de Lesotho, pero últimamente llevamos un ajetreo tal que parece que han pasado mil años.

Nos quedan menos de cuatro semanas antes de nuestra partida y por mucho que intentamos no acelerarnos, de hecho vivimos con un pie en Sudáfrica y otro en España.

Me siento acumulando experiencias y sin el tiempo necesario para asimilarlas.

Pero es bonito. Es bonito tener los ojos abiertos y respirar cosas nuevas. Ya llegará el momento de descubrir en nosotros mismos, todas las cosas que hoy experimentamos.

¿Por dónde íbamos? Ah, sí, Lesotho.

Lesotho es un país dentro de un país más grande, que es Sudáfrica. Creo que la mayor parte del territorio es alta montaña. Allí nos fuimos con un grupo de arqueólogos e investigadores a seguir las huellas de Orpen y Qing, un magistrado británico y un bosquimano que en diciembre de 1873, y por avatares del destino, se encontraron en ese paisaje e intercambiaron historias.

Los abrigos que ellos visitaron Sehonghong y Melikane conservan todavía pinturas rupestres, aunque el estado de conservación de las mismas es muy precario, cada día se desvanecen un poco más.





Los basotho son bastante amistosos y en seguida aprendimos a intercambiar saludos:

-Dumela.
-EEEEEIIII

Los niños nos miraban tumbados en las rocas; o se acercaban a preguntarnos qué haciamos mirando las pinturas; o por qué dormíamos en el suelo, como si no tuvieramos camas...


Y todo en medio de un paisaje de quitar el aliento.

Caminando por el techo del mundo.

Otra forma de vida más apegada a la tierra.

Dura, aunque hermosa.






viernes, 9 de noviembre de 2012

La belleza de la herida

Acabamos de volver de un viaje de investigación por Lesotho y pronto os colgaremos algunas imágenes, pero esta entrada va dedicada a dos protagonistas muy especiales: Amigo y Emilu.

Los dos comparten historias de supervivencia y tienen bien visibles en sus cuerpos las señales de su pasado. Pero eso es lo que les hace únicos y hermosos.

Amigo es un chihuahua que vive en medio de un bosque húmedo que a menudo se cubre de niebla.
Es un lugar idílico cerca de Pietermaritzburg, en la provinncia surafricana de KwaZulu-Natal.



No hace mucho, un águila lo aferró (aún conserva las marcas de las garras en el lomo), pero, quién sabe por qué, lo soltó o se le cayó. Tuvo suerte porque alguien lo recogió en el bosque y lo llevó al veterinario. Ahora Amigo vive con nuestro amigo Michael y su familia. Está bien, aunque se asusta con facilidad de los extraños.

Los hijos de Michael le llevaron al colegio y los niños inventaron distintas historias sobre su encuentro con el águila.

Emilu es otro perro rescatado y vive con nuestros amigos John y Cara en Johannesburgo. Como muchos perros en las townships tiene una oreja levantada y otra caída lo que le da un aspecto muy desenfadado. Además, como se puede apreciar con facilidad, le falta un ojo.


También se asusta con relativa facilidad, pero igual que Amigo le planta cara a las dificultades y ladra con valentia desde una prudente distancia. Es bastante cariñosa y le gusta acercarse a ti una vez que ha comprobado que tus intenciones son pacíficas.

Me gustan estos dos animales porque son supervivientes, han sufrido el dolor en sus carnes y eso les ha dejado huella, pero están vivos y disfrutan del día a día: corren, ladran, comen, se dejan acariciar y aman. Son hermosos, a su manera. Frágiles y fuertes al mismo tiempo.

Hay una belleza en las cosas heridas y rotas que las dignifica y las da un profundo sentido vital, una fuerza genuina y una esperanza de futuro.

Emilu me recuerda el trabajo del artista japonés Yoshitomo Nara.

Niñas heridas que miran desafiantes.


Perritos tímidamente coquetos que, aunque lo pretendan, no pasan desapercibidos.